Autobío

Tan privado de elección como cualquiera sobre donde y cuando nacer, lo hice en Barcelona el 20 de Marzo de 1965. Rápidamente me puse de pie ya que tenía muchas cosas que ver y hacer en un mundo que es más o menos maravilloso dependiendo, en parte, de lo que veas y lo que hagas.
Mi afición por la naturaleza nació conmigo, o poco después. De hecho la mayoría de criaturas, antes de echarse a perder en la sociedad que les han montado los adultos, se inclinan hacia la naturaleza. En mi caso esa inclinación no cedió.

Aproximadamente hacia 1972. Mi padre no dató la foto y la polícia me quiere cobrar por un favor tan nímio.
Empecé coleccionando mariposas, luego me sedujeron los escarabajos y antes de entrar en la adolescencia dejé de matar bichos, ni que sea porque los admiro, adquiriendo una visión más respetuosa de la naturaleza.
Para mi primera comunión, a los 8 años, me regalaron una cámara Kodak Instamatic que todavía conservo. Con ella, en el año 1973, hice mis primeras fotos.
Pero como rara vez podía juntar dinero para un carrete, mi dedicación a la fotografía fue esporádica hasta que, a finales de 1979, conseguí que mi abuelo me financiara mi primera cámara reflex, una Pentax ME con su objetivo fijo de 50 mms f 1.7.

Autorretrato con el primer rollo de Kodachrome 64 y la Pentax ME (3-1-1980).
Aunque seguía costándome mucho conseguir carretes y, al principio, alguno de estos lo llegué a hacer durar dos meses y medio, mi pasión por la fotografía estaba en marcha.
Por aquellas mismas fechas, y tras mucho insistir, conseguí que mis padres me dejasen ingresar en el ya extinto grupo scout Roger de Llúria. El escultismo ha sido y es una pedagogía muy discutida y, tras doce años de inmersión en él, tengo tesis enteras sobre el tema, tesis que no vienen a cuento aquí. Pero diré que esa etapa fue fundamental para mi propio desarrollo como persona y que guardo recuerdos muy gratos de aquella hermosa época.

12 de Enero de 1981. Ya soy guía de la patrulla Falcons (Halcones). Ese fue uno de los años más intensos de mi adolescencia. La vida de patrulla puede ser un peñazo dependiendo de muchos factores, pero en mi caso fue lo más cerca del paraíso que he estado sin tratarse de novias mías. Es muy raro tener el privilegio de comprender y sentir lo que es la hermandad más allá de los lazos de sangre. Yo los sentí en una época (16 años) en que estaba en plena elaboración de mi personalidad y los beneficios derivados de ello son incalculables. También allí conocí a mi primera y fugaz novia, alguien tan distinta a mí que podía venir de otro planeta y que me tuvo encandilado durante casi cinco meses.
En plena etapa scout, me adentré por mi cuenta y riesgo en la práctica del montañismo y la escalada en solitario; son años de relación mística y salvaje con la naturaleza. Durante días escalaba sin cuerdas (excepto para los rápeles) cargando con una mochila de 15 kgrs., calzando pesadas y rígidas botas "Kamet", durmiendo de vivac aunque nevara y especializándome en la escalada de crestas graníticas de los Pirineos.

Evitaba pasar del Vº+ pero, si ahora estoy vivo, se debe ya no solo a que me parieron si no a que me puse sistemáticamente en riesgo de muerte y sistemáticamente me las apañé para sobrevivir. Ahora puedo decir que mi vida es mía. Cuando semejante conquista le quedó clara a mi subconsciente, remitió esa furia aparentemente suicida (que en realidad era exactamente lo contrario) y, abandonando la escalada, me adentré en aspectos más estéticos y sutiles de la naturaleza.
La fotografía no deja de cobrar impulso y se lleva, en carretes, una parte nada despreciable de lo que gano trabajando.
Tras Isabel, la novia scout, conozco a Montserrat y luego a Carolina, con esta última tengo mi primera relación sentimental casi adulta. Los dos intentos anteriores, si bien entrañables, resultaron un tanto confusos, como suele suceder al principio de la adolescencia. Pero Carolina ya fue otra historia.
En Agosto del año 1988 entro a vivir en el que, hasta hoy, será mi piso (de alquiler); otro momento clave en mi evolución; el de la independencia.
Por entonces, y también en plena epopeya pirenáica, ejerzo como cap de pioners en el A.E. Sant Francesc Xavier, una etapa que cierra mi ciclo scout con al menos un par de cursos memorables.

Aquí estamos tod@s en Rialb (1-7-1989). Tras meses de preparativos, teníamos apunto la balsa de cámaras de neumáticos con la cual, en grupos de 6 y 5, descenderíamos las procelosas aguas del Noguera Pallaresa, al menos durante algunos kilómetros. Una tormenta de verano se avecinaba y la solemnidad (en algunos casos también el miedo) nos embarga. ¡Qué año aquel!.
En el SFX conocí, como adolescentes, a vari@s de l@s que serían buenas y perdurables amistades, en especial Miquel Bonet, Toni Arregui y Mónica Alonso.
A principios de 1987, y fuera del ámbito scout, conozco a Enric Asín, fotógrafo y escalador veterano, unos años mayor que yo. Al compartir con él mi obsesión fotográfica mejoro notoriamente en técnica y estética.

Enric y yo en el Pic de Barbarissa (Julio 2002).
Mi peripecia sentimental pasa primero por Carmen, una dolorosa lección sobre los límites del amor, Rebeca, muy breve romance que no merece ser obviado y Joana, la mujer de la sonrisa encantadora a quien todavía veo de tarde en tarde y de quien me quedó la simpatía y la confianza de una historia vivida con la mejor buena fe.
Sin embargo mi trayectoria afectiva no halló su lugar, su sendero cabalmente definitivo, hasta que Sara llegó a mi vida.

Sara y yo en Conangles. 7 de Agosto del 2000.
Ubicamos nuestro aniversario el 3 de Agosto del 2000 aunque para entonces hacía más de dos años que nos conocíamos.
Los seres imperfectos no podemos vivir relaciones perfectas, pero sí dinámicas, sinceras y profundamente amorosas. Cada año que pasa nos une más aunque nunca falten escollos y tropiezos. Compartimos la vocación por la naturaleza, las aves, los viajes y la fotografía, puntos sobre los que suelen girar nuestros proyectos. En su exclusiva compañía he viajado a Escocia, Patagonia, Cuba… Con ella y con Miquel, a Turquía, Marruecos y Sudáfrica.


Sara en el refugio chileno de Torres del Paine (Noviembre 2006).
No le vemos el sentido al matrimoniaje y tampoco estamos por traer críos al mundo, que ya hay demasiada gente que apenas se dedica a otra cosa. Y encima lo hace mal. No seguimos las pautas de nuestros ancestros ni siquiera en lo que hace a vivir en un mismo hogar; cada uno tiene dos, el suyo y el del otro.
Actualmente ella trabaja en la oficina de la delegación catalana de SEO/Birdlife donde yo a menudo hago tareas de voluntariado.

Pasan los años y hacia 1997, en compañía de mi colega Miquel Bonet, la vocación por la montaña cede ante el rápido y arrasador empuje de la ornitología.

Aquí estamos los dos, en nuestro primer viaje fotográfico y ornitológico al Litoral Cantábrico (Agosto 1997).
Pronto nos lanzamos a recorrer el mundo y, juntos, realizamos exhaustivos viajes pajariles a Escandinavia, Costa Rica, Tailandia, Alaska, Perú… Cada año, dedicamos muchas horas e ilusiones a estudiar las aves de los países que pensamos visitar y a trazar las rutas de dichos viajes.

A todo esto mi vida fotográfica no deja de crecer. En el año 2003, cuando voy a Sudáfrica con Sara, Miquel y Xurxo ya gasto lo mismo en película de diapositiva que en billetes de avión; 140.000 de las antiguas pesetas. Pues las aves son muy difíciles de retratar y necesitas "quemar" mucho material para conseguir una sola imagen decente. En Octubre del 2004 salto a la tecnología digital cuando me compro la Canon 20D. Liberado del gasto en película que me estaba matando, se recrudece más todavía mi obsesión fotográfica y consigo un avance cualitativo fruto de una práctica más intensa y diversa. Entro en el fabuloso mundo del revelado fotográfico y las infinitas posibilidades del Photoshop.

No voy a dar por esbozada mi trayectoria vital sin mencionar a una serie de amistades que, además de las ya citadas, forman lo que yo llamo "mi sociedad” : Paco Reina, Ana María Meca, Antonio Lozano, Patricia González, Arnau Camps, Mª José Campos, Raul Bastida y bastantes más a quien veo muy de tarde en tarde pero que tienen también parcelas de distinto tamaño en mi corazón; Núria S., Teresa E., Teresa G., Steve S., Anaïs S., Alba C., Carles C., Jorge R., Mireia P., Marta P, Montse M., Mercè S… Tod@s ell@s me reconcilian con la especie humana, especie cuyos variados desmanes nunca consigo olvidar del todo. 

Retrato reciente (Cuba en Diciembre 2009) (foto de Sara)
¿Próximos proyectos? La Antártida y Australia. ¿Cómo lo haré para juntar tanta pasta? Ni idea. Se aceptan donaciones, por supuesto. Si prefieres un curso de fotografía, como forma de aliviar mi precariedad laboral, echa un vistazo a mi blog http://fotocursossalva.blogspot.com ; hallarás información sobre estilo, horarios y tarifas en la sección “Los cursos”.
Por último quiero hacer constar que, aunque la fotografía, la ornitología y los viajes capitalizan la mayor parte de mis recursos, la música (la compongo - sin conocimientos de solfeo - con teclado y ordenador) y la literatura (leo mucho y escribo cuentos cortos cuando hay suficiente inspiración) también son alegrías que han ocupado incontables horas de una forma de vida que evita, siempre que sea posible, trabajos que me consuman ocho horas al día, horas que necesito para más altos fines como son Sara, el resto de pasiones ya descritas y vivir, que no es poco.