Mi afición por la naturaleza nació conmigo, o poco después. De hecho la mayoría de criaturas, antes de echarse a perder en la sociedad que les han montado los adultos, se inclinan hacia la naturaleza. En mi caso esa inclinación no cedió.
Aproximadamente hacia 1972. Mi padre no dató la foto y la polícia
me quiere cobrar por un favor tan nímio.
Empecé coleccionando mariposas, luego me sedujeron los escarabajos y antes de entrar en la adolescencia dejé de matar bichos,
ni que sea porque los admiro, adquiriendo una visión más respetuosa de la naturaleza.
Para mi primera comunión, a los 8 años, me regalaron una
cámara Kodak Instamatic que todavía conservo. Con ella, en el año 1973, hice
mis primeras fotos.
Pero como rara vez podía juntar dinero para un carrete, mi
dedicación a la fotografía fue esporádica hasta que, a finales de 1979,
conseguí que mi abuelo me financiara mi primera cámara reflex, una Pentax ME
con su objetivo fijo de 50 mms f 1.7.
Aunque seguía costándome mucho conseguir carretes y, al principio,
alguno de estos lo llegué a hacer durar dos meses y medio, mi pasión por la
fotografía estaba en marcha.
Por aquellas mismas fechas, y tras mucho insistir, conseguí que mis padres me dejasen ingresar en el ya extinto grupo scout Roger de Llúria. El escultismo ha sido y es una pedagogía muy discutida y, tras doce años de inmersión en él, tengo tesis enteras sobre el tema, tesis que no vienen a cuento aquí. Pero diré que esa etapa fue fundamental para mi propio desarrollo como persona y que guardo recuerdos muy gratos de aquella hermosa época.
Por aquellas mismas fechas, y tras mucho insistir, conseguí que mis padres me dejasen ingresar en el ya extinto grupo scout Roger de Llúria. El escultismo ha sido y es una pedagogía muy discutida y, tras doce años de inmersión en él, tengo tesis enteras sobre el tema, tesis que no vienen a cuento aquí. Pero diré que esa etapa fue fundamental para mi propio desarrollo como persona y que guardo recuerdos muy gratos de aquella hermosa época.
12 de Enero de 1981. Ya soy guía de la patrulla Falcons (Halcones).
Ese fue uno de los años más intensos de
mi adolescencia. La vida de patrulla puede ser un peñazo dependiendo de muchos
factores, pero en mi caso fue lo más cerca del paraíso que he estado sin tratarse
de novias mías. Es muy raro tener el privilegio de comprender y sentir lo que
es la hermandad más allá de los lazos de sangre. Yo los sentí en una época (16
años) en que estaba en plena elaboración de mi personalidad y los beneficios derivados de
ello son incalculables. También allí conocí a mi primera y fugaz novia, alguien
tan distinta a mí que podía venir de otro planeta y que me tuvo encandilado
durante casi cinco meses.
En plena etapa scout, me adentré por mi cuenta y riesgo en la práctica del montañismo y la
escalada en solitario; son años de relación mística y salvaje con la naturaleza. Durante días escalaba sin cuerdas (excepto para los rápeles) cargando con una
mochila de 15 kgrs., calzando pesadas y rígidas botas "Kamet", durmiendo de vivac aunque nevara y especializándome en la escalada de crestas graníticas de los Pirineos.
Evitaba
pasar del Vº+ pero, si ahora estoy vivo, se debe ya no solo a que me
parieron si no a que me puse sistemáticamente en riesgo de muerte y
sistemáticamente me las apañé para sobrevivir. Ahora puedo decir que mi vida es mía. Cuando semejante conquista le quedó clara a mi subconsciente, remitió esa furia aparentemente suicida
(que en realidad era exactamente lo contrario) y, abandonando la escalada, me
adentré en aspectos más estéticos y sutiles de la naturaleza.
La
fotografía no deja de cobrar impulso y se lleva, en carretes, una parte nada
despreciable de lo que gano trabajando.
Tras Isabel, la novia scout, conozco a
Montserrat y luego a Carolina, con esta última tengo mi primera relación sentimental casi adulta. Los dos intentos anteriores, si
bien entrañables, resultaron un tanto confusos, como suele suceder al principio
de la adolescencia. Pero Carolina ya fue otra historia.
En Agosto del año 1988 entro a vivir en el que, hasta hoy, será mi piso (de alquiler); otro momento clave en mi evolución; el de la independencia.
En Agosto del año 1988 entro a vivir en el que, hasta hoy, será mi piso (de alquiler); otro momento clave en mi evolución; el de la independencia.
Por entonces, y también en plena epopeya pirenáica, ejerzo como cap
de pioners en el A.E. Sant
Francesc Xavier, una etapa que cierra mi ciclo scout con al menos un par de
cursos memorables.
Aquí estamos tod@s en Rialb (1-7-1989). Tras meses de
preparativos, teníamos apunto la balsa de cámaras de neumáticos con la cual, en
grupos de 6 y 5, descenderíamos las procelosas aguas del Noguera Pallaresa, al
menos durante algunos kilómetros. Una tormenta de verano se avecinaba y la
solemnidad (en algunos casos también el miedo) nos embarga. ¡Qué año
aquel!.
En el SFX conocí, como adolescentes, a vari@s de l@s que serían
buenas y perdurables amistades, en especial Miquel Bonet, Toni Arregui y Mónica
Alonso.
A principios de 1987, y fuera del ámbito scout, conozco a Enric
Asín, fotógrafo y escalador veterano, unos años mayor que yo. Al compartir con
él mi obsesión fotográfica mejoro notoriamente en técnica y estética.
Mi peripecia sentimental pasa primero por Carmen, una dolorosa
lección sobre los límites del amor, Rebeca, muy breve romance que no merece ser
obviado y Joana, la mujer de la sonrisa encantadora a quien todavía veo de
tarde en tarde y de quien me quedó la simpatía y la confianza de una historia vivida con
la mejor buena fe.
Sin embargo mi trayectoria afectiva no halló su lugar, su sendero
cabalmente definitivo, hasta que Sara llegó a mi vida.
Sara y yo en Conangles. 7 de Agosto del 2000.
Ubicamos nuestro aniversario el 3 de Agosto del 2000 aunque para entonces hacía más de dos años que nos conocíamos.
Ubicamos nuestro aniversario el 3 de Agosto del 2000 aunque para entonces hacía más de dos años que nos conocíamos.
Los seres imperfectos no podemos vivir relaciones perfectas, pero
sí dinámicas, sinceras y profundamente amorosas. Cada año que pasa nos une más
aunque nunca falten escollos y tropiezos. Compartimos la vocación por la
naturaleza, las aves, los viajes y la fotografía, puntos sobre los que suelen
girar nuestros proyectos. En su exclusiva compañía he viajado a Escocia, Patagonia, Cuba… Con ella y con Miquel, a Turquía, Marruecos y Sudáfrica.
Sara en el refugio chileno de Torres del Paine (Noviembre 2006).
No le vemos el sentido al matrimoniaje y tampoco estamos por traer críos al mundo, que ya hay demasiada gente que apenas se dedica a otra cosa. Y encima lo hace mal. No seguimos las pautas de nuestros ancestros ni siquiera en lo que hace a vivir en un mismo hogar; cada uno tiene dos, el suyo y el del otro.
Sara en el refugio chileno de Torres del Paine (Noviembre 2006).
No le vemos el sentido al matrimoniaje y tampoco estamos por traer críos al mundo, que ya hay demasiada gente que apenas se dedica a otra cosa. Y encima lo hace mal. No seguimos las pautas de nuestros ancestros ni siquiera en lo que hace a vivir en un mismo hogar; cada uno tiene dos, el suyo y el del otro.
Actualmente ella trabaja en la oficina de la delegación catalana de SEO/Birdlife donde yo a menudo hago tareas de voluntariado.
Pasan los años y hacia 1997, en compañía de mi colega Miquel
Bonet, la vocación por la montaña cede ante el rápido y arrasador empuje de la
ornitología.
Aquí estamos los dos, en nuestro primer viaje fotográfico y
ornitológico al Litoral Cantábrico (Agosto 1997).
Pronto nos lanzamos a recorrer el mundo y, juntos,
realizamos exhaustivos viajes pajariles a Escandinavia, Costa Rica, Tailandia, Alaska,
Perú… Cada año, dedicamos muchas horas e ilusiones a estudiar las aves de los
países que pensamos visitar y a trazar las rutas de dichos viajes.
A todo esto mi vida fotográfica no deja de crecer. En el año 2003,
cuando voy a Sudáfrica con Sara, Miquel y Xurxo ya gasto lo mismo en película de
diapositiva que en billetes de avión; 140.000 de las antiguas pesetas. Pues las aves son muy difíciles de
retratar y necesitas "quemar" mucho material para conseguir una sola imagen
decente. En Octubre del 2004 salto a la tecnología digital cuando me compro la
Canon 20D. Liberado del gasto en película que me estaba matando, se
recrudece más todavía mi obsesión fotográfica y consigo un avance cualitativo fruto de
una práctica más intensa y diversa. Entro en el fabuloso mundo del
revelado fotográfico y las infinitas posibilidades del Photoshop.
No voy a dar por esbozada mi trayectoria vital sin mencionar a una
serie de amistades que, además de las ya citadas, forman lo que yo llamo "mi sociedad” : Paco Reina, Ana María Meca, Antonio Lozano, Patricia González,
Arnau Camps, Mª José Campos, Raul Bastida y bastantes más a quien veo muy de
tarde en tarde pero que tienen también parcelas de distinto tamaño en mi
corazón; Núria S., Teresa E., Teresa G., Steve S., Anaïs S., Alba C., Carles
C., Jorge R., Mireia P., Marta P, Montse M., Mercè S… Tod@s ell@s me
reconcilian con la especie humana, especie cuyos variados desmanes nunca
consigo olvidar del todo.
¿Próximos proyectos? La Antártida y Australia. ¿Cómo lo haré para
juntar tanta pasta? Ni idea. Se aceptan donaciones, por supuesto. Si prefieres
un curso de fotografía, como forma de aliviar mi precariedad laboral, echa un
vistazo a mi blog http://fotocursossalva.blogspot.com ; hallarás información sobre estilo, horarios y tarifas en la sección “Los
cursos”.
Por último quiero hacer constar que, aunque la fotografía, la ornitología y los viajes capitalizan la mayor parte de mis recursos, la música (la compongo - sin conocimientos de solfeo - con teclado y ordenador) y la literatura (leo mucho y escribo cuentos cortos cuando hay suficiente inspiración) también son alegrías que han ocupado incontables horas de una forma de vida que evita, siempre que sea posible, trabajos que me consuman ocho horas al día, horas que necesito para más altos fines como son Sara, el resto de pasiones ya descritas y vivir, que no es poco.
Por último quiero hacer constar que, aunque la fotografía, la ornitología y los viajes capitalizan la mayor parte de mis recursos, la música (la compongo - sin conocimientos de solfeo - con teclado y ordenador) y la literatura (leo mucho y escribo cuentos cortos cuando hay suficiente inspiración) también son alegrías que han ocupado incontables horas de una forma de vida que evita, siempre que sea posible, trabajos que me consuman ocho horas al día, horas que necesito para más altos fines como son Sara, el resto de pasiones ya descritas y vivir, que no es poco.